martes, 8 de marzo de 2011

Unamuno: el león sin sus gafas


Nombre: Unamuno: el león sin sus gafas
Autor: Guillermo Blanco
Editorial: Editorial Andrés Bello. Santiago, Chile. 2003
Primera Edición: Santiago, Chile. Marzo 2003
Número Interno: R-6604

Tigre, león, ornitorrinco… Toda clase de figuras zoológicas usaron sus contemporáneos para comparar a Miguel de Unamuno. Pero él mismo lo dijo: “No me clasifiquen: no soy un coleóptero”. Su aspecto imponía: cabello tieso, cabeza como tallada en piedra; aire severo, reforzado por una gafas duras que parecían alejarlo más que acercarlo al mundo.
Combativo y combatiente, don Miguel sufrió destierro bajo el dictador Primo de Rivera y, ya anciano, el 12 de octubre de 1936, tuvo un célebre encontrón con el general Millán Astral. Su frase profética permanece en la memoria colectiva: “Venceréis, pero no convenceréis”.
De ahí al día final de este año, Unamuno vivió la soledad y el odio, entre la enemistad de republicanos y franquistas. En su casa hecha cárcel una vez más le “dolía España”, ahora hendida por la guerra civil (“guerra incivil” decía él”). Lo aplastaron el desagarro y la impotencia. Según un hijo suyo, “no murió en 1936: murió de 1936”.
Durante tres meses, Guillermo Blanco siguió en Salamanca el rastro-agonía de don Miguel en esas semanas negras, trabajando a diario en la Casa Museo de Unamuno y en la biblioteca de la Universidad. Además fue a Gijón para entrevistar al doctor Miguel Quiroga, nieto mayor y testigo de su ocaso, que lo conoció sin capa ni venera ni esas gafas que lo aislaban. “Para mí, mi abuelo era mi abuelo simplemente”.
Ese, más que el personaje, fue el hombre que murió en aquel sombrío invierno de su amada Salamanca.

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